La Sombra del Peregrino, una leyenda sobre el Camino de Santiago
El Camino de Santiago ha tenido sus épocas de mayor y de menor afluencia de peregrinos, pero aun así tiene más de mil años de historia.
En la actualidad se encuentra más activo que nunca y los viajeros que ahora lo transitan han ido descubriendo sus encantos con la misma pasión que los peregrinos medievales.
Al ser un lugar tan transitado se ha convertido en fuente de muchas leyendas, mitos y cuentos. Una de las leyendas más conocidas es la de la Sombra del Peregrino, la cual se ha convertido en un icono de la capital gallega.
La sombra acompaña al peregrino durante todo el recorrido, pero solo renace al caer la noche y encender el alumbrado de la plaza de A Quintana. Puede verse claramente en la base de la Torre del Reloj a un lado de la Puerta Santa y se asemeja a una forma humana con indumentaria medieval, sombrero y bordón. Sin embargo, no es más que el efecto de la sombra que refleja la iluminación nocturna de la basílica sobre un pilar de granito.
Tras esta imagen, se esconden un sinfín de leyendas diferentes las cuales explicaremos detalladamente a continuación:
La primera, cuenta de un sacerdote de la Catedral que estaba enamorado de una monja del convento de San Paio, ubicado al otro lado de la plaza de A Quintana y se reunía con ella a través de un pasadizo que comunicaba la Catedral con el Convento.
Cansado de esa situación, al pasar el tiempo, decide proponerle que se escapen juntos y se cita con ella en la plaza para llevar a cabo su plan. Al llegar a su cita en el lugar indicado y vestido como peregrino para no levantar sospechas, la espera pacientemente pero ella nunca se presentó.
Se dice que el enamorado espera a su dama todas las noches desde ese mismo momento.
La Segunda relata la historia de un joven francés del siglo XV: Leonard du Revenant, que asesinó a su padre para conseguir su fortuna lo antes posible. Leonard no tardó en ser atrapado por la ley y al ser juzgado, el Duque de Borgoña, del cual se rumoraba que era el posible padre de este, optó por aplicarle como penitencia el completar el Camino de Santiago.
El joven accede a realizar su castigo con el fin de obtener su fortuna al culminar el viaje de peregrinación, pero al cruzar los Pirineos, se enamora de una joven que ya estaba comprometida con otro. Al enterarse de esto, durante la noche decide matarlos a los dos.
La noticia corrió muy rápido y al temer ser sentenciado a muerte decide hacerse pasar por un monje Franciscano y así pasar desapercibido. Llega por fin a Santiago pero no consigue alojamiento así que decide dormir en la calle con el fin de despertar la mañana siguiente y encontrar a algún sacerdote que le concediera el perdón de sus pecados.
Mientras dormía, junto a la Catedral, su padre se le aparece en sueños y lo perdona por haberlo asesinado, lo que sí que no le perdona es la muerte de los otros 2 jóvenes. Le dice que su condena no será redimida hasta que el alma de los jóvenes llegase hasta Compostela y le perdonaran, para así poder abrazar al Santo Apóstol y recibir su herencia.
El joven intenta matar de nuevo a su padre con su espada, pero este le da muerte primero. Desde ese día, Leonard vaga noche tras noche en la plaza A Quintana, esperando la llegada de los 2 jóvenes para obtener su perdón.
También hay quien mantiene que la aparición podría ser algún alma de las que se encuentran enterradas en el antiguo cementerio publico ubicado en la plaza A Quintana y otros creen que puede ser el alma de alguno de los que fueron condenados a morir en la hoguera en la época de la inquisición, acto que se llevaba a cabo en esa plaza.