Al recorrer el Camino de Santiago, como en toda actividad física, es imprescindible que cuides tu cuerpo para que puedas disfrutar de esta experiencia sin generar daños que luego puedas lamentar. Aún cuando muchos tramos de esta travesía son rectos y parece que no estás exigiendo demasiado a tu cuerpo, la verdad es que sí está sometido a desgaste por las grandes distancias recorridas y las condiciones ambientales que silenciosamente absorben tu energía.
Camino de Santiago
Una ruta de peregrinación que data de tiempos medievales, con múltiples puntos de inicio, pero todos con un mismo fin: llegar a la tumba de del apóstol Santiago el Mayor ubicada en la Catedral de Santiago de Compostela. Es una experiencia con connotaciones y raíces religiosas de tipo católico, que incluye manifestaciones de arte, cultura, fervor, y sobre todo hospitalidad, ya que quienes viven a lo largo de todo el camino de Santiago se esmeran por brindar la mayor atención a los que deciden hacer el peregrinaje en cualquier época del año.
Mantente bien hidratado y alimentado
Cada etapa del camino de Santiago ofrece en sí misma una gastronomía particular, con platos típicos y sobre todo deliciosos, que tientan a cualquiera. Pero deberás tener cuidado de no ingerir comidas copiosas a menos que sea tu parada final del día, de lo contrario la digestión será todo un reto para tu cuerpo.
Un buen plan de alimentación comienza con un desayuno completo, ya sabes que esta es la comida más importante del día. No te apresures en comer, tomate tu tiempo, asegúrate de incluir lácteos, frutas y alguna proteína.
Durante el día, lo ideal es que hagas paradas cortas cada 90 minutos para comer algún tipo de aperitivo que te ayude a ir recuperando las energías perdidas. Lo más recomendable son barras energéticas, cereales, frutos secos, proteínas para no perder masa muscular y evitar mareos por el descenso de energía, así como algún plato más completo pero ligero para horas de almuerzo.
No olvides mantenerte hidratado siempre, no esperes a que sientas sed. Toma pequeños sorbos de agua frecuentemente, así como también eventualmente toma alguna bebida que te ayude a recuperar los electrolitos perdidos por la sudoración. Si estás haciendo el recorrido en invierno, aunque no sientas calor, debes hidratarte de la misma manera, las bajas temperaturas también hacen estragos en el cuerpo y no querrás terminar el camino de Santiago en el hospital.
Mantente alerta con el cuidado de tu cuerpo y vive ena plenitud el recorrido del camino de Santiago de Compostela.